✨ Episodio 9 — Abrirse al amor: lo que aprendes cuando dejas de huir

En este episodio, Cristóbal —creador con más de 1,9 millones de seguidores y alma de caminante— nos abre las puertas de su historia con una honestidad que desarma. Habla de heridas que se repiten, de programas que duelen, de amores que llegan… y se van. Pero también de cómo, en medio de ese vaivén, se aprende a reír, a resistir, a rendirse a la verdad más honda: la del corazón que nunca deja de buscar.

HISTORIAS

Cristobal Amo Martín, con Carolina y Darío

6/6/20259 min read

🎙️ Introducción — “La herida que también fue brújula”

A veces pensamos que los referentes —los que tienen miles de seguidores, los que sonríen desde la pantalla— no caen, no dudan, no se rompen.

Pero Cristóbal nos recuerda justo lo contrario: que detrás de cada luz hay sombras atravesadas. Y que no hace falta esconderlas.

En este episodio, escuchamos a un hombre que tocó fondo… y desde allí eligió volver a creer. Nos habla del amor, de las separaciones, de los programas invisibles que repetimos sin querer, del vértigo de soltar… y de la fuerza de sostener la llama encendida aun cuando todo parece apagarse.

Cristóbal no da recetas mágicas. Pero sí deja huellas. Y su voz, como la de los faros, no grita: guía.

Preguntas y respuestas del episodio

🎙️ ¿Qué herida fue maestra silenciosa en mi camino, aunque en su momento doliera más de lo que iluminaba?

Cristóbal: Bueno, en relación con esta pregunta, yo quisiera puntualizar que todas las heridas iluminan, lo que pasa es que desde la inconsciencia duelen, porque tampoco las sabes ni cómo resolver, ni cómo transmutar, ni cómo superarlas, ni nada. Entonces, una herida que me acompañó mucho en la vida es la de que yo me separé muchas veces, igual quince veces, no sé exactamente cuántas veces, pero muchas, y siempre después de relaciones de pareja de dos años o tres años. Entonces, claro, hasta no hace poco no he podido tener una relación larga de casi nueve años, porque por lo tanto yo siento que ya estoy sanando la herida que provocaba esas relaciones cortas con separaciones, que al principio hacen gracia, pero luego te dan un sufrimiento grande.

Entonces, como yo últimamente tengo una relación un poco más larga, tengo la sensación de que la siguiente relación va a ser mucho más larga. Si sigo sanando el programa, bueno, que luego al final, cuando ya estamos en una conciencia muy elevada, ya sabemos que las personas llegan a nuestra vida para cumplir una función, la cumplen y se van muchas veces. O sea que tampoco tenemos por qué pretender que nuestra pareja dure ahora diez años, veinte años o toda la vida. Pero bueno, tengo la sensación de que en su momento no duraban más porque eran parejas que yo tenía acorde a un programa transgeneracional.

Entonces, llegó un momento en que después de separarme, al principio te hace mucha gracia separarte una vez, dos veces, cuatro veces, pero cuando ya vas por doce o catorce veces y te vuelves a enamorar y ya tienes en tu cabeza de forma clara y concreta que vas a volver a separarte y que ya estás harto de separarte. Pues yo llego a un momento en que pensé que no servía para el amor y que había nacido defectuoso y que todo el mundo en la Tierra te encontraba una pareja de amor y de vida menos yo.

Entonces, claro, eso me hizo en algunos momentos pensar que no quería vivir con ese defecto congénito, con esa tara de nacimiento, ¿no?, de no sirvo para el amor, me separo continuamente y ya no deseo volverme a enamorar porque sé que me voy a volver a separar. Y claro, como decía al principio, te puede hacer gracia, pero después ves que hay mucho más sufrimiento que diversión.

Así que una herida que fue maestra grande en mi camino, claro, desde la inconsciencia, entonces ahora desde la consciencia veo que soy capaz de entenderme y de amarme mejor, lo que me permite entender mejor cómo funciona todo y me permite poder estar en pareja, no de una forma perfecta porque como no somos perfectos hasta que somos perfectos, esto de la perfección cuando llega, pues el último día, como dice el curso de milagros, el día del juicio final es el día que ya no tienes nada más que aprender, el día que ya no juzgas a nadie porque estás iluminado totalmente.

Entonces somos imperfectos hasta el último día, hasta el día en el que ya tenemos la perfección total y ya podemos ascender o seguir viviendo en esta Tierra, en esta experiencia terrenal densa, pero por ayudar a los demás, o ya podemos ascender porque ya no podemos vivir acorde a nuestra vibración más elevada, no podemos sostener esta vibración tan baja y tan densa y tenemos que ascender casi casi necesariamente.

Entonces esto tiene que ver con esa herida grande que me ha acompañado separarme y separarme muchas veces y al final me daba mucho disgusto, pero ahora ya voy entendiendo mejor el juego de la vida, cómo jugar para ganarlo y voy entendiendo muchas más cosas y ya no me duele tanto porque ahora veo más los aprendizajes.

También una de las cosas que he aprendido cuando veo mis programas es que los programas disminuyen su intensidad cuando somos capaces de verlos, de entenderlos, cuando somos capaces de reírnos de nuestro programa. Llega un momento en que tú dices, pues tengo este programa en el cual me separo continuamente, ¿por qué? Y empiezas a analizar ya desde la conciencia y ves que quizás tienes asuntos sin resolver con tu madre, que todas estas mujeres de las que te separas continuamente tienen carácter fuerte como tu madre o que cumplen los años en fechas parecidas a las de tu madre o que se llaman como tu madre.

Entonces ya la siguiente vez que tienes una separación, un divorcio o algo, ya llega un momento en que te ríes y dices, joder, me caches en la madre, este programa, jolines, ya me gustaría resolverlo, pero fíjate, todavía sigue vivo porque lo veo por la manifestación externa de mi vida, porque me he vuelto a separar, fíjate el programa como es, de retorcido, bueno, pues yo aquí sigo aprendiendo y avanzando y dispuesto a abrirme al amor todo lo que sea y dispuesto a amarme más.

Y entonces cuando eres capaz de, en principio, hacer lo contrario de lo que el programa te pide, porque aunque aparentemente en mi caso me enamoraba sin remedio, a pesar de que sabía que me iba a separar, luego ya cada vez le ponía más ilusión y más conciencia, al final lo que yo sentía era que no me quería volver a enamorar y emparejar ya nunca más, que eso es lo que aparentemente busca el programa, ¿no? Que te canses de sufrir y que tires la toalla.

Entonces yo creo que una de las cosas bonitas que he aprendido es a hacer lo contrario de lo que el programa te pide, por lo tanto a seguir aprendiendo, estudiando y a mantener viva la energía, la llama, a abrir más el corazón, todo lo más que se pueda, a tener la capacidad de creer en el amor y de volverte a emparejar y de volverte a enamorar, no pensando que quizás eso va a provocarte una separación sí o sí dolorosa, traumática, sino, bueno, pues si nos separamos es parte del juego de la vida y estamos aprendiendo y disfrutando el uno con el otro, ¿no? Entonces esos aprendizajes son importantes.

Aprender a hacer lo contrario de lo que el programa te pide y también aprender a reírte de tu programa, ir a por todas y decir, pues mira, pues si me separo, pues por lo menos disfruto en cada momento y aprendo y me abra el amor y sigo para adelante. Entonces, bueno, esa es una de las heridas maestras silenciosas en mi camino.

Otra de las heridas es que como las mujeres llegaban a mí, yo me enamoraba, convivía con ellas y luego se iban, pues otra de las heridas asociado a este programa que yo he vivido es ellas se van, ellas vienen pero ellas luego me abandonan, se van. Entonces, claro, ya llega un momento en que miras a una mujer a la que aprecias como amiga o como pareja y tú dices, sí, sí, pero yo sé que te vas a ir porque todas las mujeres que han pasado por mi vida no están aquí ahora, o sea, se han ido.

Es como un poco una idea enrevesada, pero hay algunas ideas por ahí que quedan colgando, que van añadidas unas a otras y hay que aprender, hay que aprender. Se aprende mejor cuando te va bien en la salud, en el amor y el dinero, pero los marineros, como dice el refrán, los marineros no aprenden a ser buenos marineros en puerto, tienen que salir a navegar y, al ser posible, si hay tormenta, pues se hacen mejores marineros en aguas tormentosas que en aguas con calma total.

Así que os animo a todos los que estéis teniendo problemas en vuestra vida, muchas veces por programas que nos hacen repetir una y otra vez la misma situación, os animo a que mantengáis la llama viva del amor, de la ilusión, del aprendizaje, del disfrute, de la paciencia, la humildad y que tiremos para adelante.

🎙️ ¿Qué parte de mi visión actual nace de haber tocado fondo?

Bueno, pues todo. Todo lo que soy yo ahora mismo desde esta sabiduría consciente. Digo sabiduría porque ya llevo 12 años —desde 2013— viviendo de forma consciente. Y sobre todo en los últimos 4 o 5 años he leído todo lo que he podido, porque estaba en juego mi plenitud, mi felicidad, mi disfrute. Aprendiendo más se puede tener más recursos y más conciencia para vivir mejor.

Así que sí: todo nace de haber tocado fondo. Porque yo llegué tan abajo, tan abajo… que pensé que me iba a morir. Ya no tenía ilusión por la vida. Casi deseaba solo morirme. Tenía depresión, ansiedad… de todo.

A nivel físico también se reflejaba: en las navidades de 2012, por ejemplo, cogí un catarrón y fui varias veces al médico. Paracetamol, antibiótico, excusas… pero yo no mejoraba. Y claro, cuando tu ánimo está por los suelos, tu sistema inmunológico también. Todo en mí estaba por los suelos.

Toqué fondo. Muy hondo. Llegué a tener un patrimonio de un millón de euros en 2004… y para mayo de 2013 lo había perdido todo. Cero euros. Sin trabajo, sin ingresos, sin ahorros. Debía más de medio millón en hipotecas. No podía más. Y fue ahí, justo ahí, cuando vi la película El cambio, de Wayne Dyer, y comencé a despertar.

Desde entonces, todo lo que soy lo he reconstruido desde ese fondo. Y por eso escribí el Manual de Riqueza Consciente. Para que otros no tengan que llegar tan abajo para despertar. Para que puedan cambiar su vida sin tener que lanzarse al vacío con el vértigo que eso conlleva.

Yo no tuve que dar ese salto: ya estaba en el vacío. Solo podía subir o morir. Pero muchas personas sí están hoy ante esa decisión. En trabajos que no les llenan, en relaciones que los apagan. Y yo les digo: hay otra forma. Hay un camino de transformación que no exige destruirse primero.

Mi visión actual nace de ahí. De haber sufrido mucho. De haber estudiado muchísimo. Y de haber entendido que hay leyes que rigen la vida —la ley del espejo, la ley de causa y efecto, la ley de atracción— y que si las comprendemos, podemos vivir mucho mejor. Pero para eso… hay que despertar desde dentro.

Y ese despertar puede ser suave, si elegimos comenzar hoy.

🕯️Cierre — “Cuando caes… también te encuentras”

Después de escuchar a Cristóbal, es difícil no mirarse por dentro. Porque su forma de contar no busca impresionar: busca tocar.

Tocar esas partes que todos tenemos. Las que huyen del amor por miedo a perder. Las que dudan si hay salida. Las que, a veces, solo quieren dormir para siempre.

Pero su historia es prueba de que el fondo no es el final. Es, a veces, el primer paso de regreso a uno mismo.

Gracias por recordarnos que vivir conscientemente no es vivir perfecto. Es vivir despierto. Con humor, con humildad… y con ganas de seguir aprendiendo.

Incluso cuando cueste.

Especialmente cuando cuesta.

🌟 ¿Y tú… también tienes una luciérnaga dentro?

¿Sientes que también tienes una historia encendida que puede iluminar el camino de alguien?

🔘 Comparte tu historia en La Taberna

🖤 Gracias por ser parte de este rincón donde las historias pequeñas… encienden luces grandes.

“Aprender a amar… también es aprender a no huir.”

Cuando abrazamos lo que antes nos dolía, descubrimos que el amor no era el problema… sino el espejo.