✨ Episodio 8 — El faro eres tú

En este episodio escuchamos la voz de una mujer que ha recorrido un camino profundo de sanación interior. Desde su propia experiencia, nos comparte las verdades que le costó una vida aceptar, las heridas que se volvieron guías… y el recordatorio de que, más allá de todo título, todos somos parte de una misma conciencia. Un testimonio honesto, íntimo y lleno de sabiduría cotidiana que ilumina lo que tantas veces nos cuesta mirar: que el faro no es lo que nos hirió… el faro somos nosotros.

HISTORIAS

Verushka Bjerre, con Carolina y Darío

6/3/20253 min read

🎙️ Introducción: “La verdad que no se suelta”

Hay verdades que se conquistan con esfuerzo. Otras que duelen como heridas… y algunas que, una vez reconocidas, ya no se pueden soltar.

En este episodio de La Taberna de las Luciérnagas, abrimos espacio para una voz que no recita respuestas, sino que las vive.

Una mujer que ha aprendido —a través del abandono, la perfección impuesta y la incomodidad de mirar hacia dentro— que la evolución no es un destino, sino una relación constante con uno mismo.

Y que el verdadero faro, al final, no está fuera… sino dentro.

Preguntas y respuestas del episodio

🎙️ ❓¿Qué verdad me ha costado una vida aceptar y ya no puedo soltar?

Pues, dándole varias vueltas… son varias, y ninguna puedo soltar. Así que, nada, las diré todas:

He venido aquí a hacer un aprendizaje —o varios aprendizajes, mejor dicho—.

He aprendido a evolucionar como alma y a ayudar a otros por el camino.

Pero al igual que yo, cada ser humano en este planeta también.

Otra cosa que he aprendido:

si algo me cuesta mi paz… entonces es demasiado caro.

Me ha llevado mucho tiempo aceptar esto.

Tercera verdad:

aceptar a la gente como es,

pero colocarla donde pertenece.

Y no morir en el intento.

¿Qué más?

Que lo mejor es elegir no creerse todos los pensamientos que uno tiene

y no internalizar cada emoción que uno siente.

Los pensamientos y las emociones son posibilidades a considerar, sí.

Pero no hechos que haya que aceptar como tal.

No siempre los invitamos,

pero podemos decidir si merecen quedarse.

Y por último, que es indispensable

mantener una relación con la propia mente.

Hay muchas técnicas para ello,

pero al igual que aprendemos a relacionarnos con otras personas,

es importante —e indispensable— relacionarnos con nosotros mismos.

Con la mente de uno mismo.

🎙️ ¿Qué herida se volvió un faro para mí, aunque doliera al principio?

El abandono.

El no ser vista.

No importaba lo perfecta que fuera.

Y el faro… no es la herida.

El aprendizaje aquí es que el faro soy yo.

Al igual que cada uno es su propio faro.

La sanación solo puede ocurrir desde la incomodidad.

Cuando logras atravesar el dolor, el patrón y la historia.

Eso es lo que te permite caminar hacia un lugar diferente.

🎙️ ¿Y qué siento que he venido a recordar al mundo, más allá de mis títulos o mi historia?

Que todos somos uno.

Por muy poético o idealista que suene… es así.

Todos provenimos del mismo lugar —entre comillas—

y volveremos al mismo lugar —entre comillas—.

Somos parte de lo mismo.

Proyecciones de una misma conciencia colectiva

que solo puede entenderse a sí misma

a través de la experiencia humana individual.

Y como se dice popularmente:

somos polvo de estrellas.

Es decir:

somos almas —o seres espirituales—

viviendo una experiencia humana.

Gracias.

🕯️ Cierre: “El faro eres tú”

Después de escucharla, uno no sale igual.

Porque lo que ha compartido no es teoría ni frase bonita: es vida atravesada, entendida, resignificada.

Su voz nos recuerda que no hay pensamiento obligatorio ni emoción con cadena perpetua. Que la paz no es negociable. Y que el alma —cuando deja de esperar permiso— recuerda su forma original: luz.

Y aunque duela, aunque incomode, aunque cueste…

quizás lo más valiente que podamos hacer es esto mismo:

seguir caminando hacia el centro de uno mismo,

y desde ahí, alumbrar.

🌟 ¿Y tú… también tienes una luciérnaga dentro?

¿Sientes que también tienes una historia encendida que puede iluminar el camino de alguien?

🔘 Comparte tu historia en La Taberna

🖤 Gracias por ser parte de este rincón donde las historias pequeñas… encienden luces grandes.

“La ascensión no es mágica. Se camina con paciencia, respeto… y paso a paso.”

Una reflexión desde lo invisible que nos invita a escuchar con otros oídos lo que parecía solo ciencia ficción.