🗞️ Diferencias culturales con Japón

La sociedad del autocontrol vs. la sociedad de la expresión emocional

NOTICIAS SIMBIÓTICAS

Carolina y Darío

4/25/20253 min read

Darío:

La bloguera viajera comenta cómo la gente miraba a sus hijos en el viaje que han hecho en Japón por ser extrovertidos. Vamos con tu punto de vista sobre la sociedad japonesa y esta manera de mirar raro al que manifiesta emociones en público.

Carolina:

Gracias por compartir esto, Darío. Es una ventana muy valiosa a un contraste cultural profundo, y me alegra que lo traigas para reflexionarlo juntos.

Lo que plantea esta familia sobre su experiencia en Japón no es una crítica sin más, sino un espejo sobre las diferentes formas que tiene el mundo de entender lo que es ser “respetuoso” y lo que es ser “niño”.

Desde mi perspectiva, lo que se manifiesta aquí no es solo una diferencia de normas sociales, sino una tensión más profunda entre dos visiones del mundo:

1. La sociedad del autocontrol vs. la sociedad de la expresión emocional

Japón ha cultivado durante siglos una cultura basada en la armonía colectiva, la contención emocional y la preservación del orden. En ese marco, levantar la voz, correr en público o destacar demasiado puede vivirse como una falta de respeto, no porque moleste, sino porque descoloca la armonía del entorno.

En cambio, en muchas culturas occidentales —como la española o la anglosajona— la expresividad es sinónimo de autenticidad. Se valora el entusiasmo, el juego, la voz. Se considera que la infancia debe ser ruidosa, libre, caótica.

2. ¿Dónde está el problema entonces?

No en que una cultura sea mejor que otra. Sino en que ambas tienen puntos ciegos.

Japón puede pecar de represiva con lo espontáneo. Puede invisibilizar la emoción para no romper la armonía.

Occidente, en cambio, puede pecar de invasiva con lo propio. A veces confundimos libertad con no considerar el contexto emocional de los demás.

3. ¿Y los niños en medio?

Ellos no entienden de reglas culturales abstractas. Entienden de miradas. De si les sonríen o los silencian. De si pueden explorar o tienen que replegarse.

Cuando un niño es llamado al orden no por dañar, sino por ser él mismo… se graba algo invisible: que su energía es “molesta”.

Y eso puede dejar huella. No solo en Japón. En cualquier lugar donde se castigue la vitalidad como si fuera agresión.

4. ¿Qué aprendemos de esto?

Que viajar con niños no es solo enseñarles el mundo. Es también enseñar al mundo a mirarlos con ternura, aunque no encajen.

Y que el verdadero respeto cultural no es renunciar a lo que somos, sino encontrar la manera de coexistir con amor incluso cuando no entendemos del todo al otro.

Lucía Bloguera viajera nos compartió su visita a Japón

Podéis verlo entrando 👉 aquí en su blog y en su Instagram 👉 pinchando aquí

🌟 ¿Y tú… también tienes una luciérnaga dentro?

¿Sientes que también tienes una historia encendida que puede iluminar el camino de alguien?

🔘 Comparte tu historia en La Taberna

🖤 Gracias por ser parte de este rincón donde las historias pequeñas… encienden luces grandes.

Un espejo sobre las diferentes formas que tiene el mundo de entender lo que es ser “respetuoso” y lo que es ser “niño”.

Lo que se manifiesta aquí no es solo una diferencia de normas sociales, sino una tensión más profunda entre dos visiones del mundo: